Un sitio donde todo tiene cabida, humor, viajes, quejas, reflexiones... y lo que se nos vaya ocurriendo.
lunes, 24 de diciembre de 2012
sábado, 22 de diciembre de 2012
Despedidas forzadas....
Estos últimos días laborales
están siendo intensos emocionalmente. Cuando los finales no son buscados
supongo que las despedidas siempre son más difíciles. El reto de prospectar
empresas para encontrar empleos y oportunidades de prácticas me pareció hace
dos años un mundo árido donde encontraría muchos obstáculos, y más teniendo en
cuenta el contexto económico en el que estamos. Me parecía tan complicado
lograr mis objetivos como encontrar agua en el desierto, o crear grupos organizados
en pueblos despoblados.
Dos años después me sorprendo de
tantas alianzas, colaboraciones, complicidades y oportunidades creadas. De
haberme sentido tan valorada, querida, apoyada e integrada en un mundo que en
principio me era bastante ajeno. He recorrido direcciones de recursos humanos y
distintas jefaturas y he encontrado tras grandes cargos y responsabilidades,
seres humanos sensibles y generosos. Me han hecho hueco en las agendas y en sus
empresas y me he sentido en muchas ocasiones parte del equipo. He descubierto
como muchas personas, sin aparente vocación social, ayudan cuando alguien les
ofrece una colaboración concreta que puedan realizar desde sus puestos de
trabajo. He visto y vivido gestos tan generosos que emocionan. Sorprende cuanta
playa se puede construir sumando granos y granos de arena. He tenido aliados de
lujo que han hecho posible multitud de prácticas y algunas contrataciones.
Personas que sinceramente se han alegrado de los avances de las personas a las
que atendemos, y que han valorado la actitud y motivación por encima de
requisitos formales que se nos escapaban la mayoría de las veces. Hemos creado
puentes, hemos puesto nombre y rostro a muchas personas donde se generan las
oportunidades y se toman las decisiones de contratación. Hemos podido mostrar
al mundo empresarial a muchas de esas personas que se esfuerzan cada día para
obtener oportunidades, y cuyo currículum quedaba oculto entre montones de otros
currículums en cientos de mesas y en cientos de portales de búsqueda virtuales…
Hemos humanizado la búsqueda de trabajo, con nombres, sueños, historias
personales, esfuerzos y objetivos. Y nos hemos humanizados todos un poco más en
este camino. Es difícil no ser humano conviviendo con seres humanos y
mirándolos a los ojos. Es mucho más fácil descartar currículums que personas.
Estos días de despedidas han
sido tristes y confusos. He percibido tanta sincera emoción y tanta complicidad
estos días… Todos están sorprendidos, no entienden mi marcha porque todo ha
funcionado bien, porque todas las partes estamos satisfechas y porque sirve lo
que hacemos y tiene sentido. Les parece incongruente tanta precariedad laboral
para los que estamos buscando oportunidades laborales para otros, como si
nuestra vida estuviera resuelta. No es cierto, luchamos como desesperados por
cada persona, y mañana estaremos como ellos buscando oportunidades para
nosotros. Me preguntó alguien en una empresa: “¿Cómo puedes implicarte con
tanta fuerza y motivación sabiendo que te marchas en breve?”. Le dije que porque
creo en lo que hago, y que por mi convicción de que la gente por la que
trabajamos merece oportunidades concretas y todo nuestro esfuerzo. He peleado hasta el último día con
entusiasmo y me siento orgullosa de ello. Pero debo marcharme. No es una
cuestión de resultados, los números y las experiencias avalan el trabajo de
estos dos años, pero no es suficiente. En cada despedida me han regalado
palabras hermosas que llenan mi corazón y que atesoraré siempre, me hablan de
implicación, de compromiso, de motivación, de mi importante labor… y yo también
me emociono, y tampoco encuentro palabras, porque siempre me costó explicar las
cosas que no entiendo y porque no sé mentir. Así que me centro en la verdad, y
me deshago también en sincera gratitud por estos dos años que hemos recorrido
juntos. Salgo de cada empresa con las puertas abiertas y convencida de haber sido una privilegiada y
sintiéndome muy afortunada. Trato de
asumir, pero a ratos no puedo creer que todo esto se acabe. He creído y crecido
mucho estos dos años, y me voy con la satisfacción de haber generado
oportunidades concretas para muchas personas. Cierre de ciclo, aunque cueste
creerlo. Cierre de ciclo.
domingo, 2 de diciembre de 2012
Suscribirse a:
Entradas (Atom)