sábado, 22 de diciembre de 2012

Despedidas forzadas....


 
Estos últimos días laborales están siendo intensos emocionalmente. Cuando los finales no son buscados supongo que las despedidas siempre son más difíciles. El reto de prospectar empresas para encontrar empleos y oportunidades de prácticas me pareció hace dos años un mundo árido donde encontraría muchos obstáculos, y más teniendo en cuenta el contexto económico en el que estamos. Me parecía tan complicado lograr mis objetivos como encontrar agua en el desierto, o crear grupos organizados en pueblos despoblados.

Dos años después me sorprendo de tantas alianzas, colaboraciones, complicidades y oportunidades creadas. De haberme sentido tan valorada, querida, apoyada e integrada en un mundo que en principio me era bastante ajeno. He recorrido direcciones de recursos humanos y distintas jefaturas y he encontrado tras grandes cargos y responsabilidades, seres humanos sensibles y generosos. Me han hecho hueco en las agendas y en sus empresas y me he sentido en muchas ocasiones parte del equipo. He descubierto como muchas personas, sin aparente vocación social, ayudan cuando alguien les ofrece una colaboración concreta que puedan realizar desde sus puestos de trabajo. He visto y vivido gestos tan generosos que emocionan. Sorprende cuanta playa se puede construir sumando granos y granos de arena. He tenido aliados de lujo que han hecho posible multitud de prácticas y algunas contrataciones. Personas que sinceramente se han alegrado de los avances de las personas a las que atendemos, y que han valorado la actitud y motivación por encima de requisitos formales que se nos escapaban la mayoría de las veces. Hemos creado puentes, hemos puesto nombre y rostro a muchas personas donde se generan las oportunidades y se toman las decisiones de contratación. Hemos podido mostrar al mundo empresarial a muchas de esas personas que se esfuerzan cada día para obtener oportunidades, y cuyo currículum quedaba oculto entre montones de otros currículums en cientos de mesas y en cientos de portales de búsqueda virtuales… Hemos humanizado la búsqueda de trabajo, con nombres, sueños, historias personales, esfuerzos y objetivos. Y nos hemos humanizados todos un poco más en este camino. Es difícil no ser humano conviviendo con seres humanos y mirándolos a los ojos. Es mucho más fácil descartar currículums que personas.

Estos días de despedidas han sido tristes y confusos. He percibido tanta sincera emoción y tanta complicidad estos días… Todos están sorprendidos, no entienden mi marcha porque todo ha funcionado bien, porque todas las partes estamos satisfechas y porque sirve lo que hacemos y tiene sentido. Les parece incongruente tanta precariedad laboral para los que estamos buscando oportunidades laborales para otros, como si nuestra vida estuviera resuelta. No es cierto, luchamos como desesperados por cada persona, y mañana estaremos como ellos buscando oportunidades para nosotros. Me preguntó alguien en una empresa: “¿Cómo puedes implicarte con tanta fuerza y motivación sabiendo que te marchas en breve?”. Le dije que porque creo en lo que hago, y que por mi convicción de que la gente por la que trabajamos merece oportunidades concretas y todo nuestro esfuerzo. He peleado hasta el último día con entusiasmo y me siento orgullosa de ello. Pero debo marcharme. No es una cuestión de resultados, los números y las experiencias avalan el trabajo de estos dos años, pero no es suficiente. En cada despedida me han regalado palabras hermosas que llenan mi corazón y que atesoraré siempre, me hablan de implicación, de compromiso, de motivación, de mi importante labor… y yo también me emociono, y tampoco encuentro palabras, porque siempre me costó explicar las cosas que no entiendo y porque no sé mentir. Así que me centro en la verdad, y me deshago también en sincera gratitud por estos dos años que hemos recorrido juntos. Salgo de cada empresa con las puertas abiertas y convencida de haber sido una privilegiada y sintiéndome muy afortunada.  Trato de asumir, pero a ratos no puedo creer que todo esto se acabe. He creído y crecido mucho estos dos años, y me voy con la satisfacción de haber generado oportunidades concretas para muchas personas. Cierre de ciclo, aunque cueste creerlo. Cierre de ciclo.