jueves, 12 de julio de 2012

Gente que marca la diferencia


Llevo unos días optimista. Resulta que la mitad de personas para las que conseguimos prácticas en empresas el mes pasado será contratada. Y si además de gustarte tu trabajo, consigues resultados tan evidentes y visibles y puedes ayudar en algo tan duro y complejo como es el desempleo ¿Qué más puedes pedir? Esta noticia la supe hoy y la semana no fue feliz de principio a fin.  Fue una semana con momentos intensamente inciertos, donde a ratos parecía que todo se tambaleaba. Pero justo esta semana llena de obstáculos encontré tres personas que se mojaron y que aportaron mucho de si mismas para resolver cosas y que todo se cerrara bien. Una persona me ayudó a solucionar un obstáculo burocrático que hubiera podido suponer la pérdida de varias plazas de prácticas en una empresa (llamó, escribió y peleó). Otra consiguió un recurso sin el que no hubiera sido posible que una mujer con un hijo a su cargo hiciera las prácticas (escuchó, entendió y fue flexible). Y otra aceptó ofrecer un horario de prácticas que posibilita la conciliación familiar (escuchó, entendió, flexibilizó y empatizó).

Estoy agradecida por la actitud, generosidad y colaboración de estas tres personas, y por todas las que son como ellas y me encuentro en el camino. Y es que cuando aparece alguien que te ayuda sin que ni siquiera sea su función, responsabilizándose, comprometiéndose y mostrándose colaboradora, disponible y flexible en todo momento, dan ganas de saltar de alegría y abrazar a esa semidesconocida que de repente por misterios de la vida se ha convertido en tu cómplice aliada y está tan o más entusiasmada que tú en que todo se cierre bien y las prácticas se concreten. Y en estas ocasiones pienso que si todos/as hiciéramos lo justo, lo que nos toca, no conseguiríamos prácticamente nada. El mundo se construye con la gente que pelea incansablemente y que roza la línea de las excepciones y los retos continuamente.

Ahora se cierran también las actas de a universidad, y algunos/a s alumnos/as, con los que llevo mínimo 5 años de recorrido acompañándolos, se licencian. Y de nuevo recibo como la mayor medalla del mundo sus generosos mensajes de agradecimiento y felicitación por mi labor. Trabajar ayudando a personas es sin duda un gran privilegio. Encontrar aliados/as en esta tarea es un lujo, porque en soledad no se consigue nada.

 Y como nada es perfecto, llego a casa y Coty ya no está, su avión partía hoy y se marchó dejando su calidez y su risa por los rincones de la casa y del alma. Hizo que estos días tuvieran más sentido y alegría con su presencia. Pero se marchó dejando también algo valioso: su promesa de regresar. Así que no quiero pensar que esta despedida es más despedida que las anteriores, ni ponerme triste, porque hay motivos para ser optimista: las pasiones convertidas en trabajo, los sueños convertidos en realidades,  los/as desconocidos/as convertidos/as en compañeros/as de viaje y de luchas, y las promesas que se cumplen.

2 comentarios:

  1. Aún queda gente que son personas ante todo. Pero cada vez menos.

    ResponderEliminar
  2. Tienes razón padrino. Por eso celebro cada vez que encuentro a alguien valioso... e intento mantenerlo cerca ;-)

    ResponderEliminar