sábado, 7 de enero de 2012

Medidas contra la crisis




Como las hemorroides y los colegiales, las auditorías pueden ser internas o externas: las auditorías internas son ejecutadas por personas que pertenecen a la empresa; las auditorías externas por personas ajenas a ésta.
Contrariamente a lo que se podría creer por su etimología, la auditoría se interesa por hechos objetivos, y en ella se mira, pues, más de lo que escucha. cuando existe más interés por los rumores y se escucha más de lo que se mira, nos encontramos ante “audidorías” y no ante las susodichas auditorías.
La auditoría la hacen los auditores. La auditoría puede llamarse también investigación y entonces es realizada por investigadores.
Las auditorías son una actividad onerosa. Por eso en las empresas italianas se recibe siempre a los auditores con un caluroso “¡Caro auditore!”
Al auditor (o investigador) puede serle de gran utilidad conocer bien la actividad del auditado (o investigado), antes de llevar a cabo la auditoría. Si no, pueden darse situaciones realmente embarazosas. He aquí, a título de ejemplo, el informe redactado por un experto en organización y productividad tras asistir a un concierto sinfónico en el Royal Festival Hall de Londres:
1.   Los cuatro oboes permanecen largo tiempo sin intervenir. Sería conveniente reducir su número y escalonar su intervención a lo largo de la pieza, para eliminar las puntas de actividad.
2.   Los 19 primeros violines tocan al unísono, es decir, notas idénticas; se podría reducir considerablemente su número y utilizar amplificación electrónica cuando se requiera una fuerte intensidad sonora.
3.   El coeficiente de utilización del triángulo es extremadamente bajo. Convendría utilizar más ampliamente este instrumento e incluso poner varios. Dado que su precio de compra es extremadamente bajo, la inversión resultaría muy rentable
4.   Tocar las fusas requiere un esfuerzo considerable y representa una complicación inútil. Se sugiere que todas las notas se redondeen a la semicorchea más próxima. De esta manera, será posible recurrir en mayor medida a músicos menos cualificados
5.   Se observa que un mismo pasaje se repite con demasiada frecuencia. Estas repeticiones pueden reducirse considerablemente. por otro lado, es del todo inútil hacer que los instrumentos de viento toquen un tema que ya ha sido interpretado por las cuerdas. se puede estimar que, si se eliminasen todas las redundancias, un concierto de 2 horas cabría en 20 minutos, lo que reduciría los gastos generales y evitaría, además, la necesidad de un entreacto.
6.   La sustitución del piano de cola por un piano vertical, que ocupa mucho menos espacio, permitiría utilizar más racionalmente la zona de almacenamiento de instrumentos
7.   Las técnicas de ejecución, que parecen no haber evolucionado desde hace siglos, sin ningún avance en la ergonomía, merecerían un estudio en profundidad. Se observa, por ejemplo, que el pianista, para interpretar su partitura, necesita de ambas manos y además toca con los dos pies, que activan unos pedales. a pesar de ello tiene serias dificultades con determinadas notas. Es probable, que una nueva concepción del teclado que pusiera al alcance inmediato de su mano las teclas más frecuentemente utilizadas, podría mejorar las condiciones de trabajo del intérprete.
8.  A muchos otros ejecutantes, una de las manos les sirve casi exclusivamente para sostener el instrumento: si se emplease un soporte, la mano ociosa quedaría disponible para realizar otra actividad.
9.   cabe señalar también el excesivo esfuerzo que, de vez en cuando, deben hacer los intérpretes de instrumentos de viento, cuando el empleo de un compresor podría proporcionar el aire necesario de una forma adecuada y mejor controlada.
10. La obsolescencia de los instrumentos es un punto que merece también ser examinado: ¡el programa anunciaba que el instrumento del primer violinista tenía más de 100 años!. Si se hubiera aplicado correctamente el baremo de amortización, se habría constatado que el valor de este instrumento era ciertamente nulo y se hubiera podido pensar en la compra de un instrumento moderno.



2 comentarios:

  1. Valla rollo esto te han traído los reyes uuuuuuj

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  2. JAJAJA! ¿Cómo se le quedaría la cara a los musicos después de recibir el informe? Está claro que hasta para ser auditor y consultor habría que enterarse algo del tema a tocar.

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